domingo, 29 de marzo de 2015

Acerca del ateísmo

Las distintas actitudes filosóficas adoptadas por el hombre se basan principalmente en la idea que adopta respecto del mundo como una totalidad. La idea de Dios aparece justamente como una hipótesis básica que nos permite disponer de una descripción que abarca todo lo existente.

Cuando profundizamos respecto de nuestro mundo, la primera idea que nos surge es la de que éste existe antes de la aparición del hombre y que, por lo tanto, no es obra de la acción humana. Asociamos el nombre de Dios a ese personaje imaginario que lo ha hecho todo, que ha impuesto su criterio creador y su voluntad para que las cosas funcionen de cierta manera y no de otras. Luego aparecen las distintas posibilidades de lo que Dios es, o no es, dando lugar a las distintas variantes que aparecen en la religión y en la filosofía. Podemos hacer un esquema que contempla las principales posturas posibles:

a) Dios, o los dioses, deciden cada acontecimiento cotidiano (teísmo, paganismo)
b) Dios ha establecido sus leyes y no interviene en forma directa (deísmo)
c) Ninguna de las posturas anteriores tiene validez (ateísmo)
d) Debemos rechazar y combatir las dos primeras posturas (contrateísmo)

Hay quienes suponen la existencia de un Dios, o de varios dioses, que desde alguna parte intervienen cotidianamente en la vida de cada ser humano. Para que sus decisiones nos resulten favorables, se realizan pedidos, ofrendas o sacrificios, lo que da lugar al paganismo. También la actitud ética resulta ser una respuesta a una creencia similar, excepto que esta vez se supone que Dios nos exige determinada conducta moral. Es el ámbito de la religión subjetiva por cuanto no hay otra referencia, en cuanto a su validez, que la fe o la creencia en el Dios, o los dioses, por parte del ser humano.

Como variante del teísmo y en oposición a la religión pagana (la que no tiene en cuenta las leyes naturales) aparece la religión deísta en la cual se considera que todo lo que le sucede a un ser humano no depende tanto de su creencia en Dios, o en las decisiones de ese Dios, sino en la actitud ética adoptada respecto de sus semejantes. La creencia en sí sólo es un medio para lograr un comportamiento ético adecuado. La religión adquiere un carácter objetivo por cuanto se toman como referencia las leyes naturales básicas que rigen nuestra conducta individual y social. William James dijo: “Dios es real porque produce efectos reales”.

La religión ética tiende a suplantar al paganismo, a veces adoptando rituales similares, como es el caso del cristianismo cuando busca predominar sobre las antiguas religiones vigentes en el Imperio Romano. Ésta ha de ser una característica de las distintas religiones, ya que tratan de desplazar a las consideradas falsas religiones. Además, es posible que caigan en severas distorsiones que las pueden llevar desde la religión ética y objetiva al ámbito de la religión pagana y subjetiva.

La seguridad que provenía de las intervenciones favorables de Dios en la visión teísta es reemplazada por la certeza en la existencia de leyes claras e invariantes en la visión deísta. Estas posturas hacen recordar a la seguridad que se espera de un gobernante a cargo del Estado (socialismo) y a la adaptación a las leyes establecidas (liberalismo democrático). Lo importante es saber, no en lo que creen los hombres, sino en cómo funciona el universo real.

Posteriormente aparecen tendencias que desconocen no sólo la validez y la eficacia de las religiones subjetivas y paganas, sino también las de las propias religiones objetivas y éticas, como es el caso del ateismo, palabra que implica una negación de Dios tanto como Creador de las leyes que gobiernan al mundo como del Dios que interrumpe tales leyes para favorecer a los hombres que le rinden homenajes.

De todas formas, no debe identificarse la actitud ética de un individuo con la postura filosófica adoptada. Esa confusión lleva al creyente, por lo general, a considerarse éticamente superior al ateo, algo que no se cumple en todos los casos, o ni siquiera en su mayor parte. Tal es así que, en el caso del cristianismo, como cuesta bastante amar al prójimo como a uno mismo, se ignora tal mandamiento y se reduce tal religión a algo más fácil de cumplir, que es la creencia en sí. La religión no debe ser sólo contemplación sino también acción. Se ha dicho que ateo es “el que no cree en la existencia de Dios (ateo teórico) o vive como si Dios no existiese (ateo práctico)”.

Mientras que el ateo tiene una postura pacífica respecto de la religión, existe otra forma de ateísmo que la niega y la combate, y es lo que podríamos denominar “contrateísmo”. Su lema podrían ser las siguientes palabras de Vladimir Lenin: “Millones de inmundicias, mancillas, violencias, enfermedades, contagios, son mucho menos temibles que la más sutil, la más depurada, la más invisible idea de Dios”. (Citado en “El marxismo leninismo” de J. Ousset).

El marxismo considera que la religión es una cuestión promovida por la burguesía para dominar y explotar más fácilmente a las masas. Karl Marx y Friedrich Engels escriben: “La leyes, la moral, la religión son para el proletariado meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía” (De “El Manifiesto Comunista”–Editorial Anteo-Buenos Aires 1973).

Por otra parte, Josef Stalin escribió: “No hay neutralidad frente a la religión. Contra los propagadores de absurdos religiosos, contra los eclesiásticos que envenenan las masas, el partido comunista no puede menos que seguir la lucha”. “No le olvidaremos nunca, no olvidaremos nunca la enseñanza de nuestro querido Lenin: la religión y el comunismo son incompatibles tanto teórica como prácticamente. Nuestra tarea es destruir toda especie de religión y de moral, pues a vuestros ojos solamente es moral lo que es útil al bolchevismo” (Citados en “El marxismo leninismo”-Jean Ousset-Editorial Iction-Buenos Aires 1963).

Jean Ousset escribió: “Negar a Dios dogmática y especulativamente es, con todo, hacer obra de animal racional, de animal metafísico: es abordar el problema de Dios; es un dejar entender que allí existe un serio problema. Y también es hacer conocer infaliblemente que hubo pensadores, sabios, artistas, bienhechores de la humanidad que creyeron en Dios”.

“Negar a Dios especulativa y dogmáticamente es atraer la atención sobre este problema, esencialmente metafísico y por ahí incitar a la gente en el valor de tales investigaciones. Por el contrario, la «Alta Venta» italiana aconsejaba ya: «No hay que combatir a la Iglesia con frases: sería propagarla. Hay que aplastarla con hechos». Tal es por esencia y excelencia el método marxista, y podríamos decir el marxismo mismo. Pues «el ateismo activo –decía Marx- es la ley orgánica del comunismo»”.

Las tendencias totalitarias, tanto en lo político como en lo económico, adoptan en el aspecto religioso una actitud atea, ya que desconocen la validez de todo tipo de religión. Incluso tratan de utilizarla para sus fines políticos, cuando es necesario, adoptando disfraces de aparente adhesión o bien de convivencia pacífica con la religión establecida, aunque tratan de destruirla por cuanto la consideran negativa para sus fines.

Es sabido que tanto nazis como fascistas se identificaron ideológicamente con Friedrich Nietzsche, quien fue uno de los mayores opositores del cristianismo. En “El Anticristo”, Nietzsche escribe:

“Los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer”.

“¿Hay algo más perjudicial que cualquier vicio? Sí, la compasión que experimenta el hombre de acción hacia los débiles y los idiotas: el cristianismo”.

“El cristianismo no puede tener disculpa. Es inútil, pues, que se pretenda poetizarlo. Ha hecho la guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, ha proscrito todos los instintos fundamentales de ese tipo de hombres y ha destilado de esos instintos el mal y lo malo; el hombre fuerte ha sido siempre considerado como un tipo reprobable. El cristianismo se ha puesto del lado de todo lo débil, de todo lo bajo, de todo lo fracasado, formando un ideal que se opone a los instintos de conservación de la vida fuerte, y que ha echado a perder la razón aun de las naturalezas intelectualmente más fuertes, enseñando que los valores superiores de la inteligencia no son más que pecados, extravíos y tentaciones” (De “El Anticristo”-Edicomunicación SA-Barcelona 1997).

Quienes más se oponen a la religión son los que tratan de reemplazarla imponiendo sus propios criterios personales. Aparece así el “superhombre” de Nietzsche que da lugar a la búsqueda de la “superhumanidad” fascista y del predominio de la “raza superior” del nazismo. Desde el socialismo marxista se dio lugar a la búsqueda y a la formación del “hombre nuevo soviético”. Como siempre, la debilidad humana extrema va asociada a la soberbia extrema.

Una de las formas actuales de degradar a la religión (además del deterioro causado por sus propios seguidores) consiste en otorgarle una validez personal en lugar de social, presuponiendo que poco tiene que ver con el mundo real y que debe dejarse a cada uno que crea en lo que mejor le parezca. Jean Ousset escribió:

“En vez de atacar de frente a las verdades religiosas profesadas por los católicos, el marxismo se esfuerza por reducirlas a un sentimiento personal”.

A pesar de la incompatibilidad entre marxismo y cristianismo, a veces el marxismo ha previsto la posibilidad de avanzar en sociedades cristianas considerando una supuesta compatibilidad. Utiliza el lema “Aplastar al enemigo sirviéndose del enemigo mismo”. Así, el ex líder de la URSS, Nikita Kruschev, alguna vez afirmó:

“Hay aquí (Albania) un cierto número de católicos, dignos de alabanza, que se distinguen por su independencia del Vaticano y por el apoyo que ellos dan a la evolución progresista del socialismo bajo la dirección del Partido Comunista”.

La religión, al menos en el caso del cristianismo, brinda al individuo un sentido para su vida, además de la ética natural requerida por las leyes naturales que rigen nuestra conducta. De ahí que no es raro que quien cumpla con el mandamiento del amor al prójimo, logre un nivel de felicidad óptimo. Como el marxismo se basa esencialmente en el odio hacia “la clase social incorrecta”, tratará de destruirla, incluso apuntando hacia las bases religiosas que han producido el óptimo mencionado.

No está demás decir que la religión cristiana ha sido brindada a todos los hombres del mundo y que no pertenece sólo a sus seguidores, ya que no existen “concesionarios exclusivos”, sino que está disponible principalmente para aquellos que aún no han encontrado un sentido para sus vidas o que no han encontrado la sugerencia ética adecuada para una plena adaptación a la sociedad y al orden natural.

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